¿Quién pudiera mantener la calma en todas las contingencias de la vida?. ¡Afronta la noche, las tormentas, el hambre, el ridículo, los desaires, con el estoicismo de los árboles y los animales!
Walt Whitman
El estrés, el nerviosismo, la prisa, el descontrol y las actitudes violentas disminuyen de forma considerable las defenzas del organismo contra las enfermedades de todo tipo. De igual manera, muchos investigadores afirman que el pesimismo, la desesperanza crónica y la depresión están relacionadas con la terrible enfermedad del cáncer.
Una actitud de calma, serenidad, paciencia, autocontrol y relajación permiten pensar con claridad, conservar la buena salud, mantener relaciones sociales satisfactorias y sentirnos bien con nosotros mismos. Conservar la paz interior a pesar del tumulto de la vida diaria no tiene precio. A continuación esbozo algunos consejos para conservar la calma y evitar el estrés:
1. Busca el lado alegre y divertido de cada situación
Resulta importante que saques un aprendizaje de las cosas que te suceden. Te conviertes en mejor persona cuando solucionas una dificultad. Si observas detenidamente puedes hasta reirte un poco por la manera en que afrontaste la situación, y saliste victorioso.
Un consejo valioso es éste: no te lo tomes demasiado en serio. Puedes reírte de ti mismo. Si analizamos dentro de algunas décadas ya no estaremos en este mundo, y el tiempo que nos queda es menester disfrutarlo, vivirlo plenamente y gozarlo.
No pierdas parte de tu valioso tiempo quejándote, estando amargado y preocupándote por que las cosas no son como tú quieres que sean. Sigue adelante, toma mejores decisiones y disfruta de lo bueno y de lo malo; porque tu tiempo tiene fecha de caducidad, y es menester sentirnos alegres y confiados hoy.
2. Perdónate a ti mismo y a los demás por los errores y equivocaciones
Antes de que empieces tu día es necesario que expulses de tu mente cualquier residuo de odio, tensión y resentimiento; así como que unifiques todas las energías de tu cerebro, cuerpo y espíritu, en una clara actitud de paz, de calma y de simpatía hacia las personas y las cosas.
No seas duro contigo mismo. Si te haz equivocado o haz tenido malas actitudes, no pasa nada. Ahora eres una mejor persona, y sabes lo que antes desconocías. Ahora estás mejor preparado para afrontar las situaciones de la vida. La experiencia te ha enseñado valiosas lecciones.
Como ninguna persona es perfecta es menester que perdones las ofensas y agravios de los demás. No te lo tomes como algo personal. Quizás esa persona tuvo un mal día, peleó con su cónyuge, o los problemas de la vida diaria lo tienen sometido. Libérate de la pesada carga del resentimiento.
3. La generosidad produce equilibrio y tranquilidad
Ser generosos es una gran bendición. No solo seas generoso con tu dinero, sino con tu tiempo y energía para brindarte a los demás, a las personas necesitadas. Un consejo, una palabra de aliento y una enseñanza obran milagros en la vida de otra persona.
Cuando te sales de ti mismo y te enfocas en ayudar desinteresadamente a otros tu vida cambia. Te olvidas de tus problemas, te sientes bien contigo mismo y obtienes la satisfacción del deber cumplido.
Las personas generosas se encuentran en paz consigo mismos, tienen un buen equilibrio personal y encuentran un sentido a su vida. Trata bien a todas las personas, y especialmente sé cordial con aquellos menos privilegiados.
4. Ejercítate y mántente en contacto con la naturaleza
El ejercicio físico moderado, el aire libre, y la naturaleza son fuentes de calma, salud, serenidad y equilibrio. Es importante que te mantengas en movimiento, crea rutinas y sal de la monotonía; todo esto para evitar la ansiedad y la depresión.
La naturaleza siempre se encuentra en calma y equilibrio. El solo hecho de sembrar una semilla, requiere de cierto tiempo y paciencia para que se forme en raiz, luego en un árbol, y después de un periodo determinado entrega frutos. Así es la vida también siembras, abonas y cuidas; pero debes esperar cierto tiempo para recoger la cosecha.
De igual manera, resulta necesario cuidar la maquinaria corporal con buenas actitudes, pensamientos poderosos, buena alimentación y ejercicio físico para sentirnos más saludables, fuertes y con una gran energía.
5. Descubre y controla los sentimientos negativos
Es una gran virtud el autoconocimiento, y reconocer sentimientos negativos que nos roban la calma y la serenidad. Es importante que respondas a las tensiones, enfados y contratiempos con ecuanimidad, ponderación y calma, lo cual genera una gran riqueza interior que inunda de paz y equilibrio todo tu ser; además creas un campo magnético positivo con tu entorno y las personas a tu alrededor.
La ansiedad, el estrés, la tensión, la prisa y el enfado generan efectos negativos en el organismo, aumentan la presión arterial, mantienen el cuerpo en un estado de alerta y se derrocha energía innecesariamente. En cambio la calma, la paciencia, la paz interior, y el autocontrol generan emociones y sentimientos de gozo, felicidad, relajación y serenidad.
6. Sostén conversaciones relajadas y tranquilas con amigos y familiares
Una de las mejores maneras de mantenerte relajado y tranquilo es entablar conversaciones amistosas y entretenidas con amigos y familiares. Ésto te despeja la mente, incrementa tus habilidades sociales, y puedes observar distintos puntos de vista, además de aprender desde la experiencia de otros.
Muchas personas lo que desean es encontrar una persona que escuche sus problemas. Sé buen oyente y anima a otros a que te cuenten sus adversidades. Sin juzgar, ni criticar, te conviertes en buen confidente. Así mismo, algunas veces puedes desear que alguien te escuche, para desahogarte y sentirte mejor.
Cada vez que mantienes conversaciones divertidas y te ríes de ti mismo y de los demás, te sientes mejor, te llenas de energía, de sentimientos positivos y dejas a un lado la tensión y el estrés.
7. Ignora a los que tratan de ofenderte, ridiculizarte y hacerte sentir mal
Resulta muy recomendable que cuando existan personas que quieran robarte tu calma y serenidad, actúa de forma indiferente, como si no fuera contigo. Es mejor ignorar a éste tipo de gente para evitar disputas y contiendas.
Tú eres el capitán de tu barco, y debes estar muy atento para que no dejes que tu cuerpo y mente se inunden con rabia, tristeza, resentimiento, ansiedad y estrés por las actitudes y acciones de otra gente.
No permitas que te afecten los comentarios y críticas de otras personas. Cuándo no le prestas atención a algo o a alguien es como si esa persona no existiera. Ser indiferente es la mejor venganza de los más sabios e inteligentes.
8. Trata de mantenerte descansado, relajado y sereno
El descanso, el recreo y el sano esparcimiento hacen que te sientas más calmado y sereno. Realiza esa actividad deportiva que te encanta hacer, lee, escribe o canta si eso te entrega paz.
Muchas personas sufren de estrés y depresión por exceso de trabajo. Sus niveles de energía y fuerza disminuyen considerablemente. En algunas ocasiones, el estrés laboral tiene repercusiones físicas, y puede llegar la enfermedad.
Es muy importante que te tomes tu tiempo de descanso, unas vacaciones pospuestas y trates de estar con tu familia más tiempo de calidad. Es menester prestar atención al adagio que expresa: «Es mejor trabajar para vivir y no vivir para trabajar».
9. No permitas que lo exterior malogre tu equilibrio interior
Es de vital importancia que colabores con una buena actitud de sembrar la ponderación y la calma por dondequiera que vayas. Pero sobre todo procura hacer la paz con tu interior para que en tu semblante se refleje la calma que contagie a los demás.
No permitas que las adversidades, las preocupaciones y las dificultades te llenen de frustración, ansiedad y tensión. Actúa con la resiliencia necesaria para que todo obre a tu favor, y enfrentes cada obstáculo con fuerza, valentía y decisión.
La calma, el equilibrio y la serenidad del espíritu proporcionan paz y la reparten por doquier. Ésto contribuye de forma directa a facilitar una predisposición a observar el lado bueno, positivo y alentador en todas las cosas y circunstancias.
10. Dedica tiempo cada día para la oración y la meditación
Cuando el estrés, la ansiedad y la preocupación lleguen a tu vida utiliza la herramienta de la oración para conseguir paz espiritual. Es una comunicación directa con Dios, para soltar tus pesadas cargas y descansar el él.
De igual manera, expresa agradecimiento por el milagro de la vida diaria. Valora tu salud, tu familia, tus amistades, tu empleo y tu negocio. Siente una gran felicidad por estar bien, por poder ver, reír y disfrutar.
El día de mañana no es prometido para ninguno, por lo tanto mantente en comunicación con la fuente, con Dios. Descansa el él y sentirás una gran paz, armonía y equilibrio. Hoy es el maravilloso día para estar agradecido con las grandes bendiciones que recibes de lo alto.