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10 Errores comunes en la educación de niños y Jóvenes

¿Que aspectos en la educación de los niños y jóvenes es importante mejorar?.

La educación empieza desde el seno familiar, y la meta es que nuestros hijos desarrollen todo su potencial, con el propósito de que estén bien preparados para afrontar los desafíos de la vida moderna.

Quiero exponer una lista de 10 errores que se cometen en la educación familiar:

1. No apoyar la originalidad de tus hijos, ni tener en cuenta sus deseos

Muchos niños desde muy temprana edad manifiestan buenas habilidades y destrezas. Por ejemplo a algunos les gusta armar y desarmar cosas, otros tienen destrezas para la pintura, las matemáticas o los idiomas. El error que se comete en el área educativa, cuando emergen estas aptitudes, es que no se apoya la habilidad original del niño.

He escuchado a padres diciéndole a sus hijos: «no insistas con eso, no te vá a dar dinero ni éxito». Desde ese momento se está asesinando la originalidad de los infantes, los cuales piensan: «a mis padres no les gusta esto, lo dejaré».

Muchos padres, de igual manera, quieren imponerle a sus hijos que estudien las carreras profesionales de su predilección, sin tener en cuenta sus deseos. En este mundo en constante cambio y evolución, la educación ha cambiado; las carreras que antes brindaban las mayores recompensas monetarias y profesionales, ya no lo son. Ahora existe una gran demanda de mano de obra técnico-profesional especializada, con menos competencia, y con excelentes retribuciones y beneficios.

2. No motivarlos, ni elogiar su desempeño

Un grave error que se comete en la educación familiar es la carencia de estímulo y motivación constante. Cuando el niño comienza su etapa escolar, se le debe apoyar en las tareas y actividades; ante cualquier progreso es necesario expresar palabras de aliento, felicitación y estímulo.

Muchos niños y jóvenes se desaniman cuando después de un gran esfuerzo escolar, llegan a su hogar con sus notables calificaciones, y sus padres no les prestan la atención necesaria; no emiten una sola palabra de elogio o reconocimiento por su logro educativo. Pero en caso contrario cuando tienen un fracaso, arman un escandalo.

Es importante expresar palabras de elogio y reconocimiento como estas:»eres muy inteligente, te felicito, sigue así»; «reconozco tu esfuerzo, tienes un futuro prometedor»; «estoy orgulloso de tí, eres un niño muy valioso».

3. No prestar atención a sus emociones y sentimientos

La confianza y comunicación con nuestros hijos es de vital importancia en su educación. Muchos niños y jóvenes se abstienen de confesarles sus problemas y sentimientos a los padres, porque estos en vez de aconsejarlos, los tratan mal y en ocasiones, los ignoran por completo.

Los adolescentes, como su nombre lo indica, «adolecen» de los principios y conocimientos que entrega «la universidad de la vida». Es necesario brindarles un apoyo y consejo constante ante situaciones y eventos problemáticos en su vida escolar y social.

Cuando un niño o joven disminuye su rendimiento escolar considerablemente, sin razón aparente, puede que se trate de acoso o bullying; así mismo cuando se muestra tímido e indeciso, son razones para sospechar que algo está sucediendo. En el aspecto educativo lo mejor es expresarles amor, consideración y respeto; además de mostrar comprensión ante sus dificultades.

4. Hacer comparaciones negativas

Cuando queremos corregir a nuestros hijos comparándolos con otros niños, que los «superan» en inteligencia, comportamiento o habilidades es un grave error. Esta actitud en el plano educativo puede despertar los celos y envidia del menor.

Si hacemos comparaciones, lo mejor es destacar lo positivo de tu hijo, en relación con los errores de los demás. Compararlos negativamente destruye su autoestima, afecta su iniciativa y despierta su resentimiento.

5. Regañarlos y rebajarlos en público

Al momento de aplicar disciplina y corrección, es necesario hacerlo en forma privada; incluso es mejor, no hacerlo delante de sus hermanos.

Algunos padres regañan en forma indiscriminada y delante de los demás a sus hijos; sin tener consciencia del grave daño que ocasionan en su educación y personalidad.

La consecuencia de estas acciones incorrectas, es que los niños y jóvenes, probablemente no sabrán defenderse ante situaciones difíciles. Es posible, de igual forma, que tengan problemas al expresarse en público.

6. Ayudarlos hasta en las tareas sencillas

En el terreno educativo es importante incentivar la autonomía e independencia en nuestros hijos. Existen labores sencillas que ellos pueden ejecutar por sí solos; de esta forma evitaremos la sobreprotección, que puede ser perjudicial en la formación de su carácter y personalidad.

Muchos padres cometen este costoso error educativo, que podría conllevar a que los niños y jóvenes se conviertan en personas reservadas e indecisas.

En cuanto a las tareas escolares es importante supervisarlos, pero teniendo en cuenta que ellos mismos deben desarrollarlas, para que adquieran habilidades y conocimientos de manera efectiva.

7. Entregarles malos ejemplos

Los niños y jóvenes imitan el comportamiento de sus padres y familiares cercanos. Si queremos que nuestros hijos sean calmados y arreglen las situaciones de forma amistosa, las actitudes que adoptamos deberían ser tolerantes y solucionar los conflictos mediante el diálogo pacifico.

Cuando un niño o joven se torna agresivo y grosero puede ser que esté observando este comportamiento en alguno de los miembros de la familia.

Algunos padres le exigen a sus hijos que no adquieran malos hábitos como el fumar o consumir bebidas alcohólicas; pero ellos son fumadores y bebedores empedernidos. En la educación un buen ejemplo vale más que mil palabras; la mejor manera de enseñar es por medio del buen ejemplo y testimonio, de una vida responsable y equilibrada.

8. No darles el derecho a elegir

Muchos padres cometen el error de decidir por sus hijos, sin tener en cuenta su opinión. Cuando los niños se encuentran en su más temprana edad, algunas veces suelen quitarle los juguetes a otros niños; esto se debe a que no se le dió la oportunidad de elegir su juguete favorito.

Es importante en el plano educativo que nuestros hijos aprendan a tomar decisiones rápidas, en forma acertada; y a que construyan sus propias opiniones.

El consejo y la guía es indispensable en su formación; pero no podemos imponerles nuestros gustos, por que ellos necesitan escoger su propio proyecto de vida, y asumir el compromiso total de su ejecución.

9. Complacerlos en todo, sin exigirles nada a cambio

Este es un error educativo muy común, que se comete cuando se confunde el amor con la complacencia y la comodidad excesiva.

Muchos jóvenes caen en la delincuencia y la drogadicción cuando sus padres nunca fijaron un límite en cuanto a satisfacer los caprichos y pedidos de sus hijos.

Es necesario que nuestros hijos se ganen las cosas esforzándose y adquiriendo la actitud del trabajo, como medio para que ellos consigan lo que desean.

Desde muy pequeños en el plano educativo, se les debe enfatizar en que si quieren algo, deben ganárselo con su buen comportamiento, logros académicos o realizando labores de limpieza y mantenimiento en el hogar.

10. No enfatizar en la enseñanza de valores

Hoy en día muchas parejas llevan un estilo de vida ocupado y estresante. El tiempo que dedican a sus hijos es bastante limitado. Así mismo la tecnología está desintegrando la convivencia familiar; es necesario desconectarnos con frecuencia; para compartir y dialogar con nuestros hijos y cónyuge.

En el campo educativo a partir de la confianza y el diálogo es importante enfatizar en la formación de buenos valores éticos, morales y religiosos.

Vivimos en una sociedad caracterizada por fomentar los antivalores como son la promiscuidad, el libertinaje, la corrupción, el consumismo; esto lo encontramos en la música, los medios de comunicación y la globalización tecnológica.

La educación en valores para «una vida responsable y armoniosa» significa enfatizar en valores indispensables como el respeto, la tolerancia, la paz, la cooperación, la justicia, la solidaridad, autonomía crítica, compromiso social, el temor de Dios, valores cristianos, la valoración y aprecio de nuestra identidad cultural etc.