Sean gratos los dichos de mi boca. O sea sean aceptables ante ti mis palabras.
Salmos 19; 14
Quiero contarles una historia: Cierta vez dos atletas o corredoras jóvenes decidieron participar en una olimpiada nacional. Las dos se prepararon durante todo un año para la prueba final. Ambas eran muy buenas competidoras. Rápidas, disciplinadas y con grandes deseos de ganar. Sus padres las ayudaban y motivaban en todo. Cada una tenían su novio y estaban próximas a casarse. El novio de la hermana mayor le dijo: «creo en ti se que vas a estar entre las 3 primeras y vas a conseguir tu cupo en la olimpiada». El segundo novio no se mostró tan optimista y le dijo a la hermana menor: «con el sólo hecho de que termines está bien, esta competencia está muy reñida y hay excelentes corredoras aquí».
Estás palabras quedaron grabadas en la mente de las muchachas. La primera a la cuál el novio le habló en forma positiva ganó y pudo ir a las olimpiadas, la segunda solo terminó en los últimos lugares.
En ésta historia podemos observar el poder de las palabras. La joven que escuchó las palabras positivas de su novio alcanzó el objetivo, pero la que escuchó el comentario negativo de su prometido fracasó estruendosamente, como se le fue pronosticado. Las palabras son poderosas pueden transmitir energías positivas o negativas a la vez.
Resulta importante conectar nuestra mente y entendimiento cuando expresemos alguna palabra. Pensar bien antes de hablar, para que nuestras palabras sean agradables ante el todopoderoso, y ante las demás personas.
En vez de expresar «no puedo», digamos «todo lo puedo en Cristo que me fortalece». En vez de decir «no creo que pueda conseguir ese empleo», digamos «al que cree todo le es posible». En vez de expresar «me da miedo iniciar ese negocio», digamos «mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes porque yo Jehová, tu señor estaré contigo adónde quiera que vayas». En vez de decir «no creo que pueda entrar a esa universidad» expresemos «si tuvieras fe como un grano de mostaza direis a este monte pásate de aquí a allá y se pasará y nada os será imposible». Llenemos nuestra mente de la palabra de Dios, de las promesas que el creador le ha hecho a sus hijos.
De igual manera, encontramos en la biblia amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerza. La pregunta sería:¿que tenemos que hacer nosotros para alabar al creador de todas las cosas con todo nuestro ser?. La biblia también dice este pueblo con sus labios me honra pero su corazón se encuentra lejos de mi.
Dice el salmista alaba alma mia al señor, alaba todo mi ser su santo nombre. Que tengo que hacer yo para que todo mi ser alabe su santo nombre. Existen 2 maneras, de las cuales les voy a hablar aquí: por medio de las palabras y por medio de la música.
Muchas veces ofendemos con nuestras palabras. La boca controla todo nuestro cuerpo, a los caballos se le pone un freno en la boca para controlarlos y así dominar todo su cuerpo. De igual manera, un pequeño timón controla una gran nave, así mismo la lengua puede controlar nuestro cuerpo. Aunque es un miembro muy pequeño puede encender un gran bosque así como un pequeño fósforo puede desatar un gran incendio. Además, con la lengua bendecimos a Dios que está en los cielos y maldecimos al hombre que esta en la tierra.
La manifestación del espíritu Santo es el hablar en lenguas, osea que Dios utiliza nuestras palabras para manifestar su poder. Déjemos que el espíritu Santo actúe en nuestra vida para que podamos controlar nuestras palabras.
No se trata solamente de alabar a nuestro creador, sino de cambiar totalmente nuestra manera de hablar. Lo importante es que todas nuestras palabras sean de total agrado a Dios, de eso se trata.
Ahora es necesario que nos preguntemos que cosas no le agradan al todopoderoso. Que palabras no son gratas para Dios. Son las siguientes:
1. La ingratitud
Muchas veces nos sentimos insatisfechos con lo que hemos recibido. Tenemos un empleo, pero queremos uno mejor. Poseemos una casa pero queremos una más grande. De pronto tenemos un carro en buen estado y queremos uno más grande y más nuevo. Observamos nuestro teléfono celular, ya no nos gusta queremos el último iPhone.
El poder de nuestras palabras se refleja en nuestra vida. La voluntad y la toma de decisiones tiene mucho que ver con nuestras palabras. Podemos sentirnos felices o tristes con nuestras palabras. Valientes o temerosos, amorosos o indiferentes, en paz o en desasosiego. En bendición o en desesperanza.
El solo hecho de dar gracias a creador del universo mejora nuestra mente y emociones. Nos sentimos más felices cuando agradecemos por lo que tenemos, sin prestar atención a lo que nos hace falta. El agradecer a Dios por todo es señal de bendición, gozo, alegría y paz. Para estar con una buena actitud y ser felices es menester dar gracias por sus bendiciones, centrarnos en lo que tenemos. Si queremos vivir amargados nada más tenemos que centrarnos en lo que no tenemos, en lo que nos hace falta.
2. La queja y la murmuración
El pueblo de israel se quejó y murmuró contra Dios y contra Moisés. Los israelitas decían: Mejor estábamos en Egipto donde teníamos comida en abundancia, comiamos pan y carne hasta saciarnos, mejor hubiese sido morir allá que venir a este desierto donde vamos a morir de hambre. Ellos se sintieron decepcionados en el desierto. Dios les brindó maná y sacio su hambre, pero siguieron quejándose desayunaban con maná, almorzaban con maná y cenaban con maná. Ellos miraron su carencias actuales y no confiaron en la promesa de Altísimo.
Los israelitas no confiaron en la promesa. Se quejaron amargamente por lo cual vagaron 40 años por el desierto y se perdió toda una generación. Ellos expresaron que morirían en el desierto y así fue. Que en ésa tierra a donde irían habrían muchos gigantes y así fue, que no tendrían la fuerzas necesaria y así ocurrió. Las palabras tienen poder.
En nuestra vida igualmente sucede así. Nos quedamos y murmuramos por todo: si hace mucho frío, uy que frío horrible. Si hace calor nos quejamos que calor tan bárbaro. En la comida, No otra vez eso, arroz con atún. Es que yo no voy a la iglesia porque hay mucho polvo, no eso se llueve más adentro que afuera. Las murmuraciónes y quejas afectan nuestra vida espiritual.
3. Hablar en contra de la autoridad
En la biblia encontramos que debemos honrar y respetar a los que están por encima de nosotros en autoridad como son los jefes, los supervisores en el trabajo, los pastores, misioneros, gobernantes etc. Cuando una persona habla mal de su jefe eso se siente, se crea un mal ambiente.
Al creador no le agrada que hablemos mal acerca de aquellas figuras de autoridad, también dice la biblia que debemos someternos ante las personas que han sido puestas para que dirijan la iglesia, las empresas, las familias y el país.
4. Compararnos con otros
El compararnos con otros es una mala actitud. Es que yo predico mejor que tal hermano. Yo canto mejor que tal hermana. O cuando le decimos a nuestros hijos mira yo quiero que seas como el hijo de ese hermano que siempre canta especiales. Al todopoderoso no le agrada que nos comparemos con otros porque todos tenemos virtudes y defectos, y a cada uno Dios ha entregado dones distintos y nos utiliza de manera diferente.
Lo que sí debemos pedir es que nos moldee y quite de nuestra vida lo que tenga que quitar, para que seamos utilizados como instrumentos para sus nobles propósitos.
5. Hablar negativamente
Al creador del universo no le gusta la gente negativa. Es importante hablar en forma positiva. Expresemos Si se puede, vamos adelante, con la ayuda de Dios. A usted le va a ir bien. Jesús cumplirá su propósito en ti y en mi. Me siento excelente, tengo buena apariencia, etc.
Es importante la forma en que nos hablamos a nosotros mismos. Si usted piensa y se dice a si mismo que no puede así es, pero si usted expresa «todo lo puedo en cristo que me fortalece», también así será. Si usted piensa que no es inteligente, que es temeroso y tímido también tiene razón. Sin embargo cuando usted dice «soy valiente y esforzado, porque Dios esta conmigo como poderoso gigante» también así es.
Nuestro objetivo como hijos del altísimo es entregarles esperanza a la gente. Si alguno te comenta mira es que quiero hacer este negocio. Respondamos si te va a ir bien porque Jesús está contigo, tienes el favor de Dios. Como personas que queremos agradar al todopoderoso con nuestras palabras resulta importante que le brindemos esperanza a la gente. Es importante ser positivos.
Existen personas que se la pasan hablando que se sienten mal que están enfermos; entre más hable de sus achaques peor se sentirá. Es mejor confesar estoy sano en el poderoso nombre de nuestro señor Jesús. Es necesario es que profeticemos vida, salud, sanidad, fuerza sobre nuestro cuerpo. Porque si usted dice que se siente débil, cansado y enfermo así será. Como el pasaje que encontramos en la Biblia, sobre el valle de los huesos secos. Dios le dijo a Ezequiel profetiza vida sobre estos huesos y poco a poco salieron carne, músculos, tendones, piel y después tuvieron aliento de vida.
Existen personas que cuando uno habla con ellas le transmiten derrota, desesperanza, miedo. Empiezan a quejarse: «la situación está mala», «no hay empleo», «están cerrando empresas», «todo se va a poner peor», «el dinero no me alcanza, no tengo para diezmar, no tengo para ofrendar», como las palabras tienen poder eso mismo recibe. No le alcanza el dinero y no tiene para nada. Pero cuando usted expresa «soy una persona abundante», «el dinero me alcanza y me sobra en el nombré de Jesús», así será.
6. La grosería y la mentira.
Dice la biblia ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca. Cuando hablamos groserías estamos maldiciendo, y la maldición es perdición. Es agradable para nuestro creador que cuando hablemos expresemos palabras de bendición para nuestro prójimo, hermano, amigo o vecino.
Cómo saber si un joven o una jovencita puede ser una buena esposa o esposo es observando si dice mentiras y cómo es su relación con Dios. Las personas que son infieles en el mundo por lo general son mentirosos compulsivos.
Las palabras también tienen un gran efecto sobre nuestra alma, mente, voluntad y emociones. Cuando usted dice «me siento triste» eso se transmite a su voluntad y emociones y hará que realmente sienta emociones de tristeza, ansiedad y desgano. En cambio cuando usted expresa «estoy alegre, feliz y contento porque Dios está conmigo», usted va a sentir emociones de alegría, gozo y paz.
Resulta necesario que confesemos con nuestra boca sanidad espiritual, corporal, mental, financiera. Ningún organismo es perfecto, y puede que se tenga fallas en la salud. Pero es mejor declarar me siento sano en el poderoso nombre de nuestro señor Jesús. Que decir me siento mal. Yo coloco siempre el ejemplo cuando le pregunten¿como se siente? Responda «excelente gracias a Dios». Con esta sola palabra está profetizando bienestar y salud para su vida.
7. Cantemos con inteligencia
Es importante analizar lo que estamos diciendo y cantando. Existe mucha música hoy en día que incita a los niños y jóvenes a la violencia, el sexo, la pornografía, el pandillerismo. Es necesario discernir lo que es música cristiana de lo que no lo es. Ahora hay mucha música seudocristiana.
Música con una buena letra, pero que no menciona al creador de todas las cosas ni a Jesucristo. Hay canciones que dicen «dime si tu no me quieres yo me voy por mi vereda y me voy a suicidar», «me cansé de vivir, para que seguir viviendo». Como lo que la persona dice y canta impacta en su vida y en su voluntad hay hombres y mujeres que terminan suicidándose.
La alabanza es muy poderosa porque cuando alabamos le decimos al todopoderoso ayúdame, renuevame, cámbiame, yo quiero hacer tu voluntad, moldéame a tu imágen, estar contigo es mí delicia.
Nuestra alabanza debe de ser en espíritu y en verdad. Es importante estar conectados con nuestro creador en la alabanza. Involucrar nuestra alma, mente, voluntad, corazón y emociones. Estar en una total conexión con Dios, Para después entrar al lugar santo o al trono de la gracia.
¿Pero que debemos decir para alabar correctamente al dueño del oro y de la plata?. El mejor ejemplo lo encontramos en el salmo 103 alaba alma mía a Jehová y no olvides ninguno de sus beneficios. La mejor forma de alabar a Dios es observando y expresando los beneficios que hemos obtenido al ser sus hijos. Hablemos en la alabanza acerca de la maravillosa obra que Él ha hecho en nuestra vida. Tengamos en cuenta sus promesas. Declaremos que el sana todas nuestras dolencias, hablemos de bienestar espiritual, bienestar emocional, bienestar financiero y bienestar mental.
Resulta importante indicar que Dios hizo la música para que lo adoremos y alabemos a él. Nos entregó labios, boca, manos para cantar y tocar hermosas melodías. Con instrumentos musicales que para alabar su nombre.
Los instrumentos musicales para alabar al creador por excelencia siempre han sido el arpa, la guitarra, la flauta, el tambor. Sin embargo, así como utilizamos la música para alabar a Dios, también el enemigo, lucifer utiliza la música para engañar, destruir, robar y matar. El enemigo utiliza la música para esclavizar al hombre en el vicio y la inmoralidad sexual.
Resulta de gran importancia saber diferenciar entre la música que agrada a Dios, de aquella música que esclaviza al hombre y a la mujer al pecado. Algunos podrían pensar de que a Dios no le gusta la música, pero ésto no es cierto. En la biblia encontramos la palabra música 839 veces.
Existe un protocolo para acercarnos a las personas importantes. El protocolo para acercarnos al todopoderoso es por medio de la música, de la alabanza y la adoración, en más de 200 versículos de la biblia se nos ordena cantar porque a Dios le encanta la música.
La música fue inventada para que expresemos nuestra alegría. La música tiene un gran poder sobre nuestro cuerpo. Cuando vemos a un bebé en la iglesia muchas veces aplaude al escuchar las alabanzas. Es por esto que la música nos alegra el alma.
La alabanza y la adoración renueva muestra mente, quebranta nuestra voluntad y toca nuestras emociones. La música y la alabanza permite que nuestro espíritu se conecte con el espíritu de nuestro creador. Tiene el poder de tocar todo nuestra mente, corazón, alma y ser.