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12 Derechos humanos asertivos

Los derechos humanos son tus derechos. Tómalos. Defiéndelos. Promuévelos. Entiéndelos e insiste en ellos. Nútrelos y enriquécelos… Son lo mejor de nosotros, dales vida.

           Kofi Annan 

Los derechos humanos se definen como un conjunto de normas o estatutos que reconocen o protegen la dignidad de todos los seres humanos. El respeto hacia los derechos humanos es un deber de cada individuo. Todas las autoridades en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos consignados en favor del individuo.

Una de las características preponderantes de los seres humanos es poseer la libertad de tomar nuestras propias decisiones, y asumir la responsabilidad o las consecuencias de nuestros actos.

Todos poseemos derechos humanos fundamentales y obligaciones para con otras personas. Es importante indicar que nuestros derechos terminan en donde empiezan los derechos de otras personas.

De igual manera, cuando hablamos de asertividad nos referimos a confiar en uno mismo, en nuestras opiniones, nuestros derechos, deseos, relaciones, etc. Es lo que definimos como la autoafirmación personal: responsabilizarse uno mismo de sus sentimientos, emociones, pensamientos, opiniones, derechos y darlos a conocer a los demás. Así mismo, significa aceptar que otras personas también tienen exactamente el mismo derecho de autoafirmarse.

La carta de los derechos humanos asertivos que presentamos a continuación, está compuesta por declaraciones o afirmaciones sobre nuestras verdaderas responsabilidades para con nosotros y para con los demás, así como declaraciones acerca de la aceptación y condición de seres humanos, que señalan los límites prácticos de lo que los demás pueden esperar de nosotros:

1) Actuar o hacer las cosas de forma diferente, a como los demás desearían que actuases

Cada persona tiene derecho a juzgar sus propios sentimientos y emociones, pensamientos o comportamientos, de manera diferente a como lo hacen los demás. Tienes derecho a ser tú mismo.

De igual forma, no tienes porqué justificarte ante los demás por hacer las cosas a tu manera. Sin embargo, esto no implica qué seas descortés o desconsiderado con otras personas. Es correcto disculparse ante los demás por los perjuicios que podemos haber ocasionado, aunque hayan sido de manera involuntaria.

Este derecho significa que tú puedes hacer las cosas a tu manera, sin considerar que tienes que justificarte ante ninguno. Tú decides hacer algo dentro de los límites razonables, y luego aceptar las consecuencias de tus acciones. Es por esto que tienes el derecho inalienable de pensar y actuar de manera diferente, sin tener que sentirte mal contigo mismo.

2) A cambiar de opinión

Tienes derecho a cambiar de opinión. Algunas personas consideran que como has expresado cierta postura ante un tema o situación, siempre debes de pensar igual. Tienes el total derecho a cambiar de opinión sobre cualquier tema o aspecto de tu vida.

Cierta vez el filósofo griego Sócrates expresó «solo sé que no sé nada». Esto significa que muchas de las cosas que pensabamos que eran ciertas pueden no serlo. Todo cambia y una medida o acción que tuvo éxito hoy, puede ser improcedente o inadecuada mañana.

3) A equivocarte alguna vez

Si te equivocas, cometes un error o se te olvida alguna cosa, tienes el perfecto derecho a no sentirte avergonzado por ello. Cuando nos equivocamos estamos actuando de una forma tan humana y digna, que cuando acertamos.

La madurez se alcanza cuando aprendes de tus errores, sigues adelante y no te importa lo que otros piensan o digan de ti, porque fallaste. Aquel que comete errores continúa aprendiendo; la experiencia nos enseña notables lecciones, solo hay que estar atentos y pendientes para no tropezar nuevamente con la misma piedra.

4) A no saber algo, o no entender algo

No tienes por qué saberlo todo acerca de un tema, o saber algo de todos los temas. Nadie tiene por qué avergonzarte por no saber algo. La frase «deberías saberlo», es un intento de manipulación de tus emociones. Quién te lo dice, desea que te sientas mal contigo mismo por desconocer o haber olvidado algo. Es importante reconocer sin reparos, y expresar «no sé»

Tenemos derecho a no entender una pregunta y a no responder si la pregunta afecta nuestra intimidad. El otro también tiene derecho a no respondernos. No hay razón para que no podamos preguntar algo a alguien, ni para que nadie pueda preguntarnos a nosotros. Sin embargo, tienes la potestad o el derecho de conservar tu intimidad, y de no querer informar sobre algunas cosas personales.

5) A pensar de manera propia y diferente

No tienes por qué llevarte bien con todo el mundo, ni tiene por qué gustarte todo lo que hacen los demás. De igual forma, no tienes por qué gustarle a todos, ni gustarle lo que haces o dices, piensas, cómo vistes etc.

Cada persona tiene sus gustos y preferencias, todas ellas tan respetables como las nuestras propias. Por consiguiente, no tenemos ninguna necesidad de tomar decisiones pensando si lo que haremos o diremos les gustará a otros. Resulta importante solo regular nuestra conducta por las posibles consecuencias, beneficios o perjuicios para con otras personas, o para con nosotros mismos.

6) A tomar decisiones ajenas a la lógica

Tenemos derecho a tomar decisiones de acuerdo con nuestras emociones o nuestra intuición, y no siempre y necesariamente guiados por nuestra razón. Desde luego que cuando analizamos y tomamos una decisión lógica o razonable, lo más probable es que tengamos mejores consecuencias, que cuando no lo hacemos así.

De todas maneras, nunca podemos estar seguros de que acertaremos, que conseguiremos lo mejor cuando decidimos lógicamente. Por lo cual no nos debe importar tomar decisiones en algunas ocasión, llevado por nuestras emociones por una corazonada, contrario a la lógica, etc. Incluso a veces, salen mejor las cosas.

Los grandes genios de las letras, los negocios y la ciencia son gente que se ha dejado llevar por su intuición, que confian en su buen criterio. Han conseguido grandes realizaciones porque hicieron las cosas diferente al resto de los mortales y superaron sus propios límites.

7) A decidir la importancia que tienen las cosas

Nadie tiene por qué hacer las cosas de manera perfecta, o esforzarse más allá de su límite. Tenemos derecho a decidir cuánta perfección queremos en nuestro trabajo, o cuánto esfuerzo estamos dispuestos a colocar en una tarea. Los comentarios de los demás con respecto a cómo deberíamos o tendríamos que actuar, puede ser un intento más de manipulación.

Cada persona tiene el perfecto derecho a tomar las decisiones, entre otras, con respecto a qué hace, cúando lo hace y cómo lo hace. Actuando de esta manera no hacemos otra cosa que actuar como auténticos seres humanos libres, y con auténtica responsabilidad.

Para evitar el estrés, la ansiedad y la preocupación es necesario restarle importancia a muchas cosas, y solo darle importancia a unos cuantos asuntos. Preocuparnos por todos y por todo es desgastante. Es mejor que nos resbale muchas cosas, quitar el interés y la atención de allí, y centrarnos en lo realmente importante.

8) A hacer y rechazar peticiones

Tenemos el derecho de pedirle a alguien algo, y no sentirnos mal por ello. Igualmente, tenemos el derecho de decir que «no» a alguien que nos pide que hagamos o dejemos de hacer algo, que no sea conveniente para nosotros. De igual manera, a aquella persona a quién se lo pedimos tiene el perfecto derecho de negarse a concedernoslo.

Existe un principio de reciprocidad en cuanto al hacer o pedir solicitudes. Si observas que la otra persona es solicita cuando le haces un requerimiento, tú también puedes actuar de igual manera. Pero si la otra persona no te colabora, tu también puedes darle de la misma medicina y no prestar tu colaboración.

En cuanto al aspecto laboral es importante someternos a nuestros jefes y supervisores porque es una cuestión de jerarquía y obediencia. Sin embargo, es menester respetar y exigir un trato digno por parte de todos aquellos que estén por encima de nosotros en poder y autoridad.

9) A aceptar o rechazar críticas y quejas

Tenemos el derecho a aceptar una crítica justificada y a rechazar una crítica injusta. En el momento en que admitimos nuestra posibilidad de equivocarnos y nuestro derecho a tomar decisiones, en alguna ocasión puede que tomemos decisiones equivocadas y actuemos de forma errónea y perjudicial, por lo que es probable que recibamos críticas por parte de otras personas.

En este mismo orden de ideas, si observamos que la crítica, o la queja es injusta y trata de ser un intento de manipulación, podemos tranquilamente rechazarla, mostrando nuestro desacuerdo con la misma.

Existe gente criticona y quejosa por excelencia. Es mejor estar lejos de este tipo de gente porque nos pueden inyectar su veneno. Siempre están observando defectos e imperfecciones en los demás, pero no ven sus propios errores. En el momento en que des la espalda serás el próximo blanco de ataques y críticas destructivas.

10) A expresar sentimientos y emociones

Tenemos derecho a expresar nuestros sentimientos y emociones, siempre y cuando no perjudiquen a las demás personas. Es normal y adecuado exteriorizar emociones como la alegría, tristeza, enfado, amor etc. Muchas personas se sienten mejor al expresar sentimientos y emociones, porque se desahogan y expulsan aquello que los oprimía y ataba.

Sin embargo, es necesario indicar que una persona madura sabe manejar su emociones. No cede ante los impulsos primarios que pueden llevarlo a actuar de forma negativa. Aunque existe cierta satisfacción al expresar sentimientos y emociones, la gente con inteligencia emocional trata siempre de manejar y canalizar sus emociones para su propio beneficio.

11) A elogiar y recibir elogios

Al ser humano cuando algo le desagrada, se queja y critica, pero cuando algo le gusta, muchas veces no dice nada. Poseemos el derecho a elogiar calurosamente a otra persona en público o en privado cuando su comportamiento y acciones son buenas y adecuadas.

De igual forma, es importante aceptar elogios, siempre que las personas que lo hagan no deseen conseguir un favor nuestro. Todos Somos merecedores de una frase de elogio y estimación que nos motive a seguir adelante y a realizar nuestro mejor esfuerzo.

Resulta de gran importancia enseñar a nuestros hijos a ser calurosos en la aprobación y abundantes en el elogio. Así mismo, ellos necesitan de nuestro elogio para sentirse amados, felices y respetados. Así como es muy necesario corregir a nuestros hijos, también es adecuado felicitarlos y elogiarlos.

12) A responsabilizarte por tus decisiones

Es un derecho inalienable el tomar nuestras propias decisiones y seguir nuestro camino, pero es una obligación tomar una absoluta responsabilidad por la consecuencia de nuestros actos.

La piedra angular en la cual se apoyan los derechos humanos es poseer la libertad de actuar según nuestro propio criterio, pero respetando los derechos de los demás. Es actuar según el dictamen de nuestra conciencia para hacer lo bueno, lo justo, lo honesto.

Existen personas que dicen tener buenas intenciones, y hablan pensando siempre en el bienestar de otros, pero que sus acciones conllevan a la ruina y a la destrucción. Por este motivo, resulta mejor no escuchar lo que este tipo de gente tiene que decir, sino que observando su acciones; podemos saber más acerca de su carácter y personalidad.