La generosidad es el deseo de quien quiere, siguiendo el dictamen de su razón, ayudar a los demás
Baruch Spinoza
La generosidad se define como un valor o rasgo de la personalidad, caracterizado por ayudar a los demás de un modo honesto, sin esperar obtener nada a cambio. Una persona generosa es aquella que entrega a los demás ayuda económica, espiritual, moral, de experiencia y conocimientos. Este concepto está íntimamente asociado a otros valores, como el altruismo, la solidaridad y la filantropía.
En pocas palabras, la generosidad es dar lo que es valioso; valioso tanto para el que dá como para el que recibe. Ser generosos es considerar a otros como queremos que los demás nos consideren.
A continuación entrego 7 características básicas que tienen las personas que practican la generosidad, como forma de vida:
1) Son sensibles ante las necesidades de otros
Es importante que desarrolles un sentido de entender que las demás personas también tienen necesidades y carencias, que tú puedes aliviar.
Las personas que practican la generosidad tienen la capacidad de colocarse en el lugar de otros, para observar sus dificultades e intereses. Son gente que se entregan a los demás; saliéndose de sí mismos. El darse como personas implica la más alta forma de generosidad que se pueda imaginar. El emperador Romano Cicerón ya lo decía: «no hemos nacido solo para nosotros».
Cuando somos generosos podemos recibir nuestras propias recompensas. En el momento en que compartimos lo que tenemos, es como si colocaramos en práctica el hecho de que es mejor poseer una una porción pequeña de algo grande; que poseer algo grande, sacado de una porción pequeña.
El mundo necesita cada día más, de personas altruistas, empáticas, tolerantes y comprometidas; que practiquen la filantropía del servicio, y la ayuda desinteresada a los demás.
2) Observan el potencial de la gente a su alrededor
Cuando somos personas generosas observamos no lo que la gente es, si no lo que puede llegar a ser. Entregar ayuda, motivación y colaboración para con nuestros semejantes, es una hermosa virtud moral.
Al observar detenidamente a la gente que tenemos a nuestro alrededor, encontramos errores, fallas, temperamentos fuertes y malas actitudes. Es importante no detenernos allí, si no mirar más allá de lo aparente; y encontrar lo bueno, las virtudes y talentos, que los demás no han desarrollado.
La generosidad empieza en la manera de ver a los otros, y de apreciar sus potenciales. Es importante entregar un trato cordial y respetuoso a los demás; utilizando palabras llenas de motivación, inspiración, consideración y positivismo. Esto para que nuestros semejantes tengan un gran deseo de progresar, y alcanzar la plenitud de sus potencialidades.
3) Son voluntarios que trabajan con otros y para otros
En nuestras sociedades contemporáneas, el afán por lograr resultados por encima de todo, nos desvía y nos vuelve indiferentes ante las necesidades de otros; en especial, de los pobres y de los más vulnerables. Al actuar de esta manera, perdemos el sentido más elemental de la generosidad.
En el mundo actual existen infinidad de problemas, pero también de instituciones, que están haciendo algo. Conviértete en un voluntario comprometido y constante; para que tu colaboración sostenida entregue buenos frutos.
Si reflexionamos en la vida de muchas personalidades exitosas y lideres empresariales, encontramos una característica en común: tienen un gran deseo de ayudar a la humanidad. Crean y patrocinan fundaciones para ayudar a los pobres, desvalidos, personas enfermas, y tratan de aliviar las grandes problematicas de la sociedad moderna.
4) Comparten sus conocimientos y experiencia
Una de las formas de practicar la generosidad, es entregando nuestros talentos, conocimientos y experiencia al servicio de los demás. Me gusta esta sentencia que expresa: «la generosidad no solamente dará a la gente pescado para un día, también les enseñará a pescar; o incluso a buscar que más hacer».
La generosidad también consiste en darle a la gente visión, esperanza y conocimientos para que se ayuden sí mismos; y puedan superar determinadas circunstancias.
Si las naciones lograran la visión del desarrollo, y aceptaran recibir enseñanza y disciplina; se lograría la revolución en el mundo en materia de pobreza. La pobreza no debería ser parte de nuestras comunidades, ni tan representativas de nuestras sociedades.
Es de vital importancia que te conviertas en un agente del cambio social, entregando tus habilidades, experiencia y conocimientos al servicio de tus semejantes. Entregar ayuda material es necesario; pero entregar enseñanza y principios, es una gran virtud moral y espiritual.
5) Ayudan a lograr el desarrollo de los demás
Al ayudar a alguien más a desarrollarse, estamos desarrollándonos nosotros mismos. La mezquindad es la que nos impide sembrar para el futuro. Si retenemos la semilla, en lugar de sembrarla; no tendremos cosecha en el tiempo por venir.
La generosidad casi siempre se relaciona con la posibilidad de dar, bien sea dinero, limosnas, regalar lo que no nos sirve, o realizar una buena acción en nuestro tiempo libre. Sin embargo, como actitud o principio de vida, significa colaborar con el crecimiento personal y social de otros.
La capacidad de influir positivamente el los demás es una gran don. Empecemos con nuestro primer círculo de influencia: familia y amigos. Después entreguemos lo mejor de nosotros, para que las otras personas encuentren su camino; y logren eliminar de sus vidas grandes ataduras como la ignorancia, la pobreza y la indiferencia.
6) Entregan a otros su propio tiempo, talento y riquezas
La generosidad vá más allá de la ayuda económica, consiste en entregar ese «talento» o «riqueza» particular que te diferencia de tus semejantes. Ese talento puede ser enseñar, curar, aconsejar, colaborar, realizar actividades físicas, intelectuales, etc…
Identifica en lo que eres bueno, que cosa se te dá más fácil realizar; y ponla al servicio de los demás. Esta es una de las maneras de colaborar con el progreso de nuestro mundo.
Es de trascendental importancia que el servicio sea tu guía, tu estandarte, tu lema. Cuando ayudas a los demás, y entregas tu tiempo y esfuerzo, estás ayudándote a tí mismo. Te olvidas de tus preocupaciónes, te interesas por tus semejantes; y obtienes la alegría de la vida.
7)Practican la responsabilidad social
La pobreza no es una condición que deba ser tratada solo con alimento, es más que eso y requiere de programas de enseñanza, de entrenamiento y de responsabilidad social. La pobreza también puede ser una cuestión de actitud.
La mejor manera de practicar la responsabilidad social es contribuyendo con el bienestar de nuestros semejantes. Resulta necesario salirnos de nosotros mismos; y tratar de ayudar para solucionar los problemas económicos, sociales y espirituales del mundo actual.
Tanto los individuos de forma particular, como las empresas de forma general, deben practicar la responsabilidad social, como una forma de ayudar con el progreso de las comunidades.
Es importante indicar que si somos avaros y mezquinos por naturaleza, no llegaremos más allá de ciertos límites, ya que solo las almas generosas alcanzan la grandeza. Hoy es el gran día para practicar la generosidad como actitud, valor y forma de vida; que guíe nuestra conciencia.