No deberíamos desanimar a la gente joven a soñar grandes sueños
Lenny Wilkens
Los niños y jóvenes son propensos a la tristeza, frustración, falta de confianza, irritabilidad, temor a la crítica y baja autoestima. Son facilmente afectados cuando las demás personas expresan opiniones negativas hacia ellos, o cuando son rechazados por alguien más.
En esos momentos se sienten desilusionados, subvalorados y desmotivados; por lo que pueden caer en el alcoholismo, drogadicción y la delincuencia.
Ante este desalentador panorama, como padres, madres y educadores responsables es menester incrementar su autoconfianza y autoestima para que no caigan en estas trampas.
A continuación describo 10 principios para desarrollar la autoconfianza y autoestima personal en los niños y jóvenes:
1. Felícitalos por cualquier progreso
La felicitación es el más poderoso estímulo que le puedes entregar a tus hijos. Para incrementar su autoestima ante cualquier progreso resulta importante expresarles lo inteligentes, disciplinados, estudiosos y colaboradores que son.
Es necesario algunas veces, dejar pasar por alto ciertas actitudes que no nos gustan de ellos. Evitemos el regaño constante. Hagámosles saber que aunque deben mejorar su comportamiento, existen otras características de su personalidad que nos agradan y enorgullecen.
Un buen desempeño escolar, que desarrollen sus habilidades artísticas o deportivas, son buenas ocasiones para practicar el arte de la felicitación. Nunca exprese palabras de menosprecio, hirientes u ofensivas que puedan opacar el carácter de su niño o adolescente.
2. Aumenta tu nivel de expectativas
Los niños y jóvenes prestan especial atención a la opinión que tienen sus padres sobre ellos. Aquí encontramos una simple ecuación en cuanto a la autoestima: baja expectativa de los padres, pobres resultados de los hijos; excelentes expectativas de los padres, excelentes resultados de los hijos.
No hay que ser un gran educador, ni un notable psicólogo para comprender que tus opiniones y expectativas hacia tus hijos formarán su carácter y autoestima personal. Dígale a su hijo que llegará muy lejos y así será, exprésele en cambio que no sirve para nada, y también tendrá razón.
Es de vital importancia que expreses palabras llenas de motivación, entusiasmo, optimismo, valor, amor y comprensión para los niños y adolescentes de hoy. Que ellos consideren su hogar como un lugar de apoyo, descanso, paz y alegría; a diferencia de las malas actitudes que pueden encontrar hacia ellos, en la calle y en la escuela.
3. Corrígelos con respeto
Antes de corregir al niño o a la adolescente hazte las siguientes preguntas: ¿Que aspectos de su personalidad deseo cambiar?, ¿que ventajas y desventajas tiene su comportamiento?. Antes de hablar sobre lo que nosotros queremos para ellos, muéstrales a tus hijos los beneficios que obtendrán al cambiar su actitud. Realiza una lista de los posibles resultados de su mal comportamiento.
Para incrementar su autoestima es importante que te pongas en el lugar de tus hijos. Mira las fallas y errores que tú tenías a su edad, y háblales con consideración y respeto, a pesar de sus malas actitudes. Exprésales que tú pasaste por eso, y que saliste de esa trampa cambiando tus acciones. Permanece calmado, sereno y amigable.
La corrección es necesaria, pero es menester realizarla con sabiduría. Se recomienda que muestres a tus hijos el resultado de sus malas acciones, pero no critiques su personalidad ni su carácter especial y único.
4. Trabaja su Psicología
La autoestima y autoconfianza de los niños y adolescentes se encuentra en su mente. Ayuda a tus hijos a que utilicen pensamientos, palabras y actitudes positivas frente a su vida. Tú mismo indícales que tienen un gran propósito, que serán usados grandemente y que alcanzarán todas sus metas.
Muéstrales con tu propio ejemplo que eres una persona con actitudes de positivismo, valor, fé, confianza y respeto; para que ellos puedan imitar tu buen carácter.
Resulta muy necesario en este sentido, que observes las habilidades y talentos que poseen tus hijos; ayúdalos a desarrollar su potencial al máximo, y que busquen siempre el progreso y avance en sus vidas.
5. Apoya sus iniciativas
Los niños y jóvenes normalmente tienen un gran deseo de aprender. Apoya esas iniciativas especiales de aprender a tocar un instrumento musical, de cantar, de desarrollar sus habilidades literarias, artísticas o deportivas.
Es de gran importancia que tú los ayudes a focalizar esa gran energía que poseen en actividades formativas. Incentívalos a leer, estudiar, a realizar actividades productivas. Si se encuentran ocupados y aprendiendo, menores serán las posibilidades que se estresen y preocupen.
Su autoestima se mantendrá por las nubes cuando reconocen que sus padres los apoyan, los comprenden y se interesan en sus actividades diarias. Comparte actividades recreativas con ellos y ayúdalos a ejecutar su propio proyecto de vida.
6. Estímula su independencia
A pesar del apoyo que le brindes a tus hijos, es importante que propendas por su independencia. Déjalos que se enfrenten con los problemas, que sientan en carne propia la adversidad y la prueba. Puedes aconsejarles que hacer, sin embargo ellos deben solucionar sus propios inconvenientes.
Es necesario, así mismo, que aprendan a ser resilientes, que forjen una gran autoestima solucionando problemas, para salir fortalecidos en este proceso y que aprendan a realizar sus tareas y obligaciones por ellos mismos.
7. Conversa y aconseja
Muchos niños y jóvenes buscan en la calle lo que no encuentran en su casa. Existen padres que debido a sus ocupaciones laborales no dialogan con sus hijos, no saben que dificultades tienen, o cúales son sus sentimientos y emociones.
Es importante para que el joven eleve su autoestima que los padres sean amistosos, que dialoguen, que pongan su experiencia al servicio de ellos. Si tienen una dificultad en la escuela, tendrán la confianza suficiente para contársela a sus padres, antes de que la situación se agrave.
Es de gran importancia que busquemos un equilibrio en cuanto a la educación de nuestros hijos; que seamos amistosos, más no permisivos, apoyar, más no malcriar, interesarnos, más no sobreproteger.
8. Ayúdalos a planear su vida
Resulta necesario que te conviertas en un buen orientador para con tus hijos, con el fin de que ellos eleven su nivel de autoestima y autoconfianza. Motívalos a tener metas, proyectos y propósitos definidos para su vida.
Los niños y jóvenes mantendrán una autoestima alta cuando sepan cúales son sus objetivos, y sus acciones serán conducidas para conseguir ese propósito. Así como existen orientadores profesionales, conviértete en un asesor del proyecto de vida de tu hijo.
9. No satisfagas todos sus deseos
La autoestima de tu hijo se incrementará cuando se sienta capaz de alcanzar sus objetivos por sí mismo. Enseña desde pequeño a tu hijo a ganarse las cosas por sí mismo. Nunca satisfagas todos los deseos del niño, o del adolescente, porque te arrepentirás más adelante.
Psicológicamente cuando a un joven o niño se le entrega todo lo que piden, sienten que todo se lo merecen, y no hacen ningún esfuerzo por conseguir lo que necesitan.
Es de trascendental importancia que enseñes a tus hijos para que se esfuercen por conseguir lo que desean. Habláles del esfuerzo, dedicación y disciplina que tú mismo has forjado para conseguir lo que tienes. En la vida no existen los merecimientos, si no las ejecuciones.
10. Incúlcales valores cristianos
La autoestima y autoconfianza del niño y adolescente se incrementará en la medida en que practique la fé, el temor de Dios, bondad, amor y obediencia ante los valores cristianos.
Existen muchos jóvenes que caen en las drogas, la delincuencia, el satanismo; esto debido a que experimentan un gran vacío en su corazón e intentan llenar ese vacío existencial con cosas externas.
Cuando la joven o el adolescente tienen el amor del todopoderoso en su corazón, tendrán temor por realizar actos que van en contra de sus principios y su fé.
Existe un proverbio que expresa: «instruye al niño en su camino, y aunque fuere viejo, jamás se apartará de él». Es muy necesario que guíes a tus hijos por el sendero de los valores cristianos, la bondad y la virtud.