La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que todo lo han perdido la poseen aún
Tales de Mileto
La Real Academia Española define la esperanza como «Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea». De igual manera, significa esperar confiado y abrigar un deseo con anticipación.
En la antigua Roma la esperanza fue una divinidad bastante honrada, y a la cual se le erigieron muchos templos. Era, según los poetas, hermana de los sueños que proporciona una tregua a nuestras penas. El color característico de la esperanza es el verde, pues se asocia con la naciente verdura, que presagia la cosecha de los granos.
Muchos filósofos consideran la esperanza como la mayor de las virtudes, porque cuando una persona pierde todo lo que posee, ella está allí para brindarle cierta tranquilidad y optimismo a la gente.
Es importante reconocer algunos beneficios que caracterizan a la gente con una actitud de esperanza en sus vidas:
1. Se enfocan y redefinen el futuro
La autora Laini Taylor expresó: «La esperanza puede ser una fuerza muy poderosa. Tal vez no haya magia real en ella, pero cuando sabemos lo que deseamos y lo sostenemos como una luz en nuestro interior, podemos hacer que las cosas sucedan, casi como si fuera magia».
La esperanza se asocia con la fé en un futuro prometedor. La gran realidad es que no sabemos lo que el futuro puede depararnos, pero con esperanza tenemos la idea de que son cosas buenas, alegres y maravillosas.
La actitud de esperar por cosas buenas, inspira a que muchas personas tengan mejor ánimo, tranquilidad, paz y que no se afanen por lo que vendrá. El antónimo de esperanza es la desesperanza o desesperación que significa que hemos caido atrapados en la tristeza, el negativismo y la intranquilidad.
2. Experimentan sentimientos positivos frente a la vida
Un consejo que podemos entregar a las personas que no le han salido las cosas como esperaban es éste: «Nunca pierdas la esperanza». Esto significa que la esperanza se relaciona con sentimientos positivos como el coraje, la fé, el amor, la prosperidad, etc.
Una vez Jonas Salk afirmó: «La esperanza reside en los sueños, en la imaginación y el coraje de aquellos que se atreven a convertir sus sueños en realidad». Tener esperanza implica poseer sueños y objetivos por cumplir, siempre con una actitud optimista de que todo saldrá bien y podremos navegar a puerto seguro, a pesar de las tormentas en el camino.
La gente con una actitud de esperanza reconoce que existirán problemas y dificultades, pero confían en que siempre habrá una solución y que el aprendizaje que recibirán será de invaluable valor para seguir navegando en la corriente caudalosa del río de la vida.
3. Entregan buen sentido a sus vidas
El sentido de la vida es un interrogante que nos planteamos varias veces en nuestra existencia. Nos preguntamos lo siguiente: ¿Para que estoy en esta tierra?, ¿Cuál es mí propósito de vida?. Cada uno debe buscar sus propia respuesta, única e individual.
La gente con una virtud de esperanza poseen la actitud de ayudar a sus semejantes, de hacer el bien, de enseñar y de entregar un poco de sí mismos, gratuitamente, para brindar granos de felicidad a la cosecha del mundo.
Reconocen que si están vivos es porque todavía les falta mucho por entregar, por hacer, por ser felices y por hacer felices a sus semejantes. La esperanza es un arma poderosa para sentirnos útiles, valiosos y con un buen sentido de vida.
Cierta vez el autor Tom Bodett afirmó: «Dicen que una persona necesita solo tres cosas para ser verdaderamente feliz en este mundo: alguien a quien amar, algo que hacer y algo por lo que tener esperanza».

4. Desarrollan valores espirituales
La esperanza es una virtud interior, una fuerza del alma. Es una de las tres virtudes teologales junto con la fé y la caridad. En este sentido, se puede considerar un valor espiritual que nos acerca al amor de Dios, y a la certeza de la promesa que existe vida después de la vida.
De igual forma, la esperanza se asocia con el hecho de desarrollar otros valores espirituales como la prudencia, templanza, fortaleza y perseverancia . Estos valores quizás no los podemos ver, sin embargo en nuestro interior se convierten en la base en la que se sustentan la doctrina de la obediencia y adoración al creador.
5. Sacan buenas enseñanzas de las dificultades
Una actitud de esperanza le brinda a la gente la posibilidad de sacar enseñanzas positivas de los problemas y las adversidades. Quizás todo no resulte como pensabamos, sin embargo tenemos la actitud de llevarnos una poderosa enseñanza que nos servirá más adelante.
El autor Roy. T. Bennet indicó: «Nunca pierdas la esperanza. Las tormentas hacen a la gente más fuerte, y nunca duran para siempre». Esta afirmación cobra una gran validez cuando la actitud siempre es de aprender, de crecer de seguir adelante con resiliencia para afrontar el futuro con fuerza, templanza y sabiduría.
El ánimo optimista de la esperanza consiste en observar los problemas y dificultades como parte de la existencia, pero que todo tiene solución y que el universo conspira para que alcancemos todo nuestro potencial y destino escogido.

6. Entregan esperanza a la gente
Existe un principio que expresa que no podemos dar de lo que no tenemos. La gente con una actitud de esperanza saben inspirar, motivar y entregar un buen ánimo a los demás.
Brindar esperanza implica aconsejar, subir el ánimo, la moral y el amor propio de alguien. Las palabras son herramientas, y una frase amable, cordial y expresada en el momento oportuno puede alegrarle el día a otra persona, y sacarlo de su desesperación.
La gente brinda esperanza cuando apoya, alientan y muestran un camino despejado a los demás. No es crear falsas expectativas y vanas ilusiones, sino basado en la realidad, entregar un consejo positivo.
7. Son más propensas a conseguir sus metas
Por lo general, todos en menor o mayor grado poseemos esperanza. Como han afirmado varios autores, es lo último que nos queda cuando todo se ha ido. Hace algún tiempo Jesse Jackson expresó: «Al final del día, debemos ir hacia delante con esperanza, no hacia atrás con miedo».
Es un hecho destacado que la gente que posee una gran esperanza por el devenir de la vida, tienen una mayor tendencia en conseguir sus objetivos. Esto es una simple sucesión de causa y efecto. Si creemos, podemos.
De igual manera, algunas veces las personas no tienen una visión exacta de sus metas y propósitos; sin embargo, piensan que de todos modos lo que viene, es lo mejor. La esperanza nos brinda la posibilidad de siempre avanzar, persistir y observar el gran premio al final de la carrera de la vida.