La madurez se logra cuando se consigue posponer placeres inmediatos por valores a largo plazo
Joshua L. Liebman
Según el diccionario de la Real academia española de la lengua define el término madurez como «buen juicio o prudencia con el que un hombre se gobierna». Osea que la madurez psicológica es la capacidad de una persona para aceptar su propia realidad, tomar la responsabilidad de sus acciones, comprometerse con su crecimiento y adoptar una paz mental ante las circunstancias de la vida.
Así mismo, una persona madura acepta la crítica de manera adecuada, no se toma nada personalmente, no busca validación, escoge lo que realmente importa y sabe colocar límites en su relación con otras personas. La madurez psicológica no tiene nada que ver con la edad cronológica. Existen personas jóvenes que pueden tener una mayor madurez mental, que personas de edad avanzada.
En un adulto física y emocionalmente sano, se espera que la madurez se exprese en términos de un compromiso real para hacerse cargo de la propia vida. También, en la puesta en práctica de valores como la responsabilidad, el compromiso, la lealtad, la empatía, la solidaridad, y la coherencia entre el pensamiento y la acción, que le permitan encarar los retos de la vida de manera saludable.
A continuación realizo una lista con las 10 principales señales o características de la gente madura psicológicamente:
1. No te tomas nada personalmente
La gente madura psicológicamente posee como característica reconocer que los demás hacen cosas pero ellos deciden si esto los afecta o no. La persona madura no se deja afectar por lo que otros digan o hagan. Ninguno les roba su calma ni su paz mental.
De igual manera, aceptan la crítica como parte de la vida y nada les ofende, por lo cual no guardan rencores ni resentimientos. Saben que las opiniones son gratis, por lo que le entregan poca importancia a los que otros piensan o digan sobre ellos. Su autoestima permanece alta porque proviene de una convicción interna, no de algo externo o pasajero.
No se toman las cosas demasiado en serio, por lo que las bromas o burlas no harán que se enojen. Si alguien se quiere propasar con ellos o irrespetar utilizan la indiferencia como la mejor arma de defensa. Ignorar al que les ataca es la mejor manera responder, no se colocan al mismo nivel de los envidiosos.
2. Adquieres la total responsabilidad de tu vida
Cuando maduras psicológicamente reconoces que todo lo que te ocurre, lo bueno o lo malo, es por causa de tus pensamientos, actitudes, palabras y acciones. Nunca buscas excusas o culpas a otras personas por tus problemas, dificultades o realidad de vida.
Así mismo, las personas maduras no se quejan por las cosas que les suceden porque saben que están aprendiendo a través de la experiencia, el ensayo y el error. No justifican sus errores, sino que los asumen con carácter y reconocen que una de las características de un hombre o una mujer de verdad es ser responsables en todos los aspectos de su vida.
La aceptación de la realidad es una de las características de la gente madura. Se perdonan a sí mismas a pesar de sus equivocaciones, no viven en el pasado y saben que pueden seguir mejorando a pesar de las circunstancias adversas
3. No permites que el sufrimiento te destruya
La gente madura psicológicamente acepta que la existencia puede estar plagada de sufrimiento y dolor. Sin embargo, construyen fortaleza y resiliencia ante las circunstancias adversas. No permiten que su ánimo y motivación decaigan, sino que cada problema es un desafío para seguir creciendo.
De igual manera, cuando las personas maduras caen, se levantan inmediatamente, aprenden de los errores y siguen adelante con mayor actitud, capacidad, interés y ambición. Como su motivación es interna se convierten en gente imparable, que consigue todo lo que se proponga en la vida.
Cierta vez William Shakespeare expresó: «No hay otro camino para la madurez que aprender a soportar los golpes de la vida». En esta frase Shakespeare compara la madurez con un camino que recorremos salvando obstáculos y soportando las pruebas que la vida nos coloca.
4. No aceptas consejo de gente que no está dónde tú quieres estar
Cuando maduras psicológicamente te das cuenta que no puedes recibir consejo de cualquier persona. Algunos tienen buenas intenciones, pero poseen ideas erróneas acerca del mundo y de las cosas. Su visión es estrecha, por lo que piensan que tus ideas son irreales y alocadas. Como tienen sus propias convicciones, quieren que tu seas como ellos, y que hagas las cosas con mente estrecha y poca ambición.
En este mismo orden de ideas, es importante que recibas consejo de gente que está donde tú quieres estar, que han pasado por el proceso y saben lo que funciona, y lo que no, en el camino de la vida. Ellos te pueden guiar y ser tus mentores para que madures psicológica, emocional y espiritualmente.
La gente madura psicológicamente aprende de los errores de otros. Saben que hacer y que no hacer. Reconocen que existen muchas personas adultas que actúan de manera equivocada, sin darse cuenta cavan un profundo agujero de donde les resulta imposible salir, te tienden la mano para que los ayudes; pero por su desesperación pueden también hundirte en ese mismo hoyo de tristeza, desolación y ansiedad.
5. No obligas a nadie a escogerte
Si eres maduro psicológicamente sabes como manejarte en cuanto a las relaciones sentimentales, de amistad y de negocios. No obligas a ninguno a estar a tu lado, reconoces que existe gente que son pasajeros de tránsito en tu vida. Están contigo por un interés momentáneo, y tú no te sientes mal cuando salen de tu vida y se alejan.
Así mismo la persona madura sabe muy bien que cuando su vida mejora en todos los aspectos, muchos amigos se alejan. Quizás por celos, porque se sienten inferiores o porque ya tú no estás disponible para ellos. Tú sigue avanzando y progresando, que en el camino encontrarás nuevas y mejores amistades.
Resulta importante reconocer que en el mundo de hoy existen mucha gente superficial e interesada. Aprende a reconocer quiénes realmente están contigo por lo que eres, y no por lo que tienes. Es necesario no poseer expectativas ni esperar mucho de otros, para evitar engaños y desilusiones.
6. Colocas límites a las personas
Si posees madurez psicológica estableces límites en cuanto a tus relaciones personales. Desde un principio dejas muy en claro lo que es adecuado y aceptable para ti, y lo que no lo es. Expresas lo que buscas en una relación amorosa, de amistad, familiar y personal.
No permites que otras personas traspasen los límites que has colocado y que te falten el respeto. De igual forma, no dejas que otros se metan en tus asuntos personales si tú no los has invitado a hacerlo. Sabes que tu privacidad es demasiado importante para discutirla con cualquiera.
7. Aceptas lo que no puedes cambiar
Una persona madura psicológicamente acepta lo que no puede cambiar, aprende a dejar ir. Reconoce que existen situaciones, pérdidas, relaciones y cosas en nuestra existencia que es imposible cambiar. Saben que deben olvidar y seguir adelante aceptando sus circunstancias de vida actuales.
En este mismo sentido, si eres maduro aceptas la realidad de tu vida, vives de acuerdo a tus posibilidades, y no te estás arrepintiendo por las cosas que hiciste o dejaste de hacer en el pasado. Reconoces que lo importante es tú presente, y que dependiendo cómo actúes hoy, así será tu futuro, lleno de gratas realizaciones y hermosos resultados.
Ann Landers afirmó ya hace mucho tiempo: «La madurez es la habilidad de vivir en paz con aquello que no podemos cambiar». Aquí Landers hace énfasis en que la verdadera madurez se establece cuando aceptamos y vivimos en paz con lo no podemos cambiar.
8. No buscas atención, aceptación o validación
Tu nivel de madurez psicológica se caracteriza en pensar, hablar o actuar sin estar buscando atención, validación o aceptación. Haces las cosas a tu manera, le colocas tu sello original, tu toque mágico; sin estar pensando en que otros aprueben o validen lo que tu haces o dices.
Existen muchos hombres y mujeres que buscan atención y validación en las redes sociales. Se desviven por me gusta, por comentarios y porque la gente los admire por lo que aparentan ser. Esto se convierte en una vida vacía y sin sentido. La gente madura mantienen la privacidad de su vida personal y no les interesa ser populares o admirados.
9. Sabes a que darle importancia, y a que no
La gente madura sabe que estar preocupandose por todo y por todos es estresante. Por eso le entregan importancia a pocas cosas, y le son indiferente muchas cosas. Saben escoger sus luchas, por lo que ignoran a ciertas personas o situaciones para mantener su calma, felicidad y paz mental.
Existen ciertas cosas importantes para las personas maduras como su familia, sus finanzas y su crecimiento personal. Se alejan de los chismes y de las personas quejosas porque son influencias negativas. Saben escoger muy bien a las personas que se encuentran a su alrededor para evitar conflictos y malos entendidos.
Si eres de las personas que se ajejan de circunstancias o gente que no aporta nada a su vida, ni a su crecimiento personal te encuentras en el camino de la madurez. Lo que para ti es primordial e importante puede no serlo para mucha gente. Si le entregas importancia a tus principios y valores como la responsabilidad, la lealtad, integridad y honestidad cada día eres más maduro.
10. Priorizas tu salud mental sobre tu carrera
La gente madura psicológicamente le entrega más valor a su salud y bienestar físico, mental, emocional y espiritual que a su profesión, negocio o dinero. Es importante recordar que la salud física y mental es una forma de riqueza, porque no es satisfactorio tener mucho dinero en el banco y estar postrado en una cama.
La gente madura busca la armonía y el equilibrio en su vida. Aunque reconocen que el dinero es muy Importante, priorizan su familia, su salud y poder tener tiempo para disfrutar de la vida. Es saber tener una existencia armonica y equilibrada donde no se es esclavo de nada y se es feliz con las cosas simples y sencillas.
Para terminar puedo indicar lo siguiente: las personas maduras psicológicamente cuidan y valoran las inmensas riquezas físicas y mentales que tienen. Se caracterizan por Poseer autoestima, disciplina, armonia y paz mental en su vida. Es un estado armónico interior duradero, por lo que las circunstancias externas no los mueven. Se apoyan en sus valores más arraigados para ayudar, trascender e inspirar.